COMENTARIO DE TEXTO
Es importante, en primer lugar, dar unas pinceladas sobre el contexto histórico y social en el que vivió Maquiavelo y las transformaciones que sucedieron en la época en que vivió y el lugar donde habitó, donde hay que circunscribir su pensamiento.
Desde un punto de
vista económico, social y político, nos
encontramos en el comienzo del capitalismo, en el que la burguesía va teniendo
un poder cada vez mayor en las ciudades, lo que supone el final del feudalismo.
Además, la nobleza y la iglesia pasan a un segundo plano, cediendo el primer
lugar a la burguesía, mientras los gremios adquieren un gran poder en las
ciudades. Ya no es tan importante la propiedad o el linaje, sino la riqueza, lo
que cambia el panorama económico, social y, finalmente, político. Los enfrentamientos
que se producen entre la nobleza y la nueva clase rica, la burguesía,
fomentados por aquella, y el aumento de las actividades comerciales y
empresariales hacen necesario un gobierno fuerte. La monarquía absoluta se
muestra como el sistema político más adecuado para gestionar esta situación, y Maquiavelo
así lo entiende. Se trata de una
monarquía que nada tiene que ver con la medieval, cuyos fines eran cuestiones
como la justicia, la libertad, Dios,…, y en las que las decisiones de los
monarcas estaban muy influenciadas por la nobleza y la iglesia.
Desde un punto de
vista cultural, nos encontramos en el Renacimiento, donde el hombre pasa a ser
el centro, desplazando a Dios, y la razón es el criterio de verdad.
Además, Maquiavelo
habita en la República de Florencia, una de las ciudades-estado más importantes
en las que se encontraba dividida la nación italiana, políticamente
independientes, lo que produjo continuos enfrentamientos y guerras entre ellas.
En estas
circunstancias socio-políticas Maquiavelo ve necesario un poder fuerte, un
Príncipe que sea capaz de poner el interés del Estado por encima de cualquier
otra cuestión, llegando, si es necesario, a emplear cualquier medio, sea
legítimo o no, para mantener el poder, tanto frente a sus súbditos, como frente
a potencias extranjeras.
Maquiavelo vería en
César Borgia el mejor representante de sus ideales políticos, cuyo estilo de
gobernar, frío y calculador, encantó a Maquiavelo. Para Maquiavelo, el
gobernante debe intentar, en primer lugar, ser fiel a sus promesas, ser
prudente y hacer el bien, pero siempre que ello no le suponga perjuicio, y
llegado el caso, si fuera necesario y sin dudarlo, debe utilizar el engaño,
incluso desdiciéndose, y el mal, siempre guardando las apariencias, siendo frio
y calculador como lo fue César Borgia, para no perder la confianza de sus
súbditos, que es la base del poder del gobernante, ya que de esta forma evita
que se promuevan rebeliones y conspiraciones contra él[1].
[1] Nestor Raúl Correa Henso, Moral y política en Nicolás Maquiavelo, Facultad
de Derecho U.P.B.
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