martes, 13 de diciembre de 2016

"EL PRÍNCIPE" DE MAQUIAVELO

COMENTARIO DE TEXTO

Es importante, en primer lugar, dar unas pinceladas sobre el contexto histórico y social en el que vivió  Maquiavelo y las transformaciones que sucedieron en la época en que vivió y el lugar donde habitó, donde hay que circunscribir su pensamiento.



Desde un punto de vista económico, social y político,  nos encontramos en el comienzo del capitalismo, en el que la burguesía va teniendo un poder cada vez mayor en las ciudades, lo que supone el final del feudalismo. Además, la nobleza y la iglesia pasan a un segundo plano, cediendo el primer lugar a la burguesía, mientras los gremios adquieren un gran poder en las ciudades. Ya no es tan importante la propiedad o el linaje, sino la riqueza, lo que cambia el panorama económico, social y, finalmente, político. Los enfrentamientos que se producen entre la nobleza y la nueva clase rica, la burguesía, fomentados por aquella, y el aumento de las actividades comerciales y empresariales hacen necesario un gobierno fuerte. La monarquía absoluta se muestra como el sistema político más adecuado para gestionar esta situación, y Maquiavelo así lo entiende.  Se trata de una monarquía que nada tiene que ver con la medieval, cuyos fines eran cuestiones como la justicia, la libertad, Dios,…, y en las que las decisiones de los monarcas estaban muy influenciadas por la nobleza y la iglesia.

Desde un punto de vista cultural, nos encontramos en el Renacimiento, donde el hombre pasa a ser el centro, desplazando a Dios, y la razón es el criterio de verdad.

Además, Maquiavelo habita en la República de Florencia, una de las ciudades-estado más importantes en las que se encontraba dividida la nación italiana, políticamente independientes, lo que produjo continuos enfrentamientos y guerras entre ellas.

En estas circunstancias socio-políticas Maquiavelo ve necesario un poder fuerte, un Príncipe que sea capaz de poner el interés del Estado por encima de cualquier otra cuestión, llegando, si es necesario, a emplear cualquier medio, sea legítimo o no, para mantener el poder, tanto frente a sus súbditos, como frente a potencias extranjeras.

Maquiavelo vería en César Borgia el mejor representante de sus ideales políticos, cuyo estilo de gobernar, frío y calculador, encantó a Maquiavelo. Para Maquiavelo, el gobernante debe intentar, en primer lugar, ser fiel a sus promesas, ser prudente y hacer el bien, pero siempre que ello no le suponga perjuicio, y llegado el caso, si fuera necesario y sin dudarlo, debe utilizar el engaño, incluso desdiciéndose, y el mal, siempre guardando las apariencias, siendo frio y calculador como lo fue César Borgia, para no perder la confianza de sus súbditos, que es la base del poder del gobernante, ya que de esta forma evita que se promuevan rebeliones y conspiraciones contra él[1].




[1] Nestor Raúl Correa Henso, Moral y política en Nicolás Maquiavelo, Facultad de Derecho U.P.B.


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