INTRODUCCIÓN.
Comenzaré por hacer una breve
introducción sobre la representación de los “salvajes” (sociedades primitivas o
en un estadio de civilización anterior) a lo largo de la historia, así como de
la ideología, es decir, las ideas y los valores, con que la sociedad ha
conocido a estos “salvajes” en diferentes épocas y la representación que de
ellos se ha hecho en el cine, así como el camino que seguirá la Antropología en
sus inicios.
Desde la Antigüedad, la
representación de los hombres primitivos no ha sido homogénea, sino que ha
dependido en cada momento histórico de la ideología de la sociedad contemporánea
correspondiente y, de esta forma, la imagen que hemos tenido de ellos a lo
largo del tiempo ha pasado por tener diferentes concepciones: seres en estadios
de civilización anteriores, seres en estado casi animal, seres desnudos o sin
casa, curiosos vecinos de los colonos, etc.
Cuando hablamos de ideología nos
referimos, principalmente, al conjunto de ideas y valores con los que esa
sociedad ha conocido a los “salvajes”, es decir, los ojos con los que ha analizado
sus costumbres, su forma de organizarse, su religiosidad, su alimentación,… Por
desgracia, en muchas ocasiones esta ideología ha estado impregnada de los
prejuicios existentes en la sociedad contemporánea correspondiente.
De entre los diferentes modelos
de representación de los salvajes, la antropología heredaría dos de ellos: el
modelo de perplejidad y el modelo de razón.
Modelo de perplejidad: este modelo de representación aparece o, mejor,
irrumpe a partir del descubrimiento de América. Cuando los colonos conocen a
los nuevos pueblos colonizados y sus costumbres, no pueden salir de su
perplejidad y de su asombro. Para la sociedad de la época, educada en los
valores de la cultura greco-latina y en la religión católica, el descubrimiento
de los nuevos pueblos “salvajes” y, por qué no decirlo, de nuevas creencias, nuevas
edificaciones, nuevos animales, nuevas plantas,…, supuso un golpe difícil de
asimilar y de clasificar en su mentalidad.
Modelo de razón: este modelo de representación aparece en la
Ilustración. La nueva mentalidad, basada en la razón como característica
genuinamente humana, considera que los “salvajes” se encuentran en un estado de
naturaleza, es decir, en un estado, que podríamos llamar pre-humano, ausente de
razón. Los ilustrados diferencian a los seres humanos que viven en las colonias
en dos grupos: los que viven en estado de “naturaleza”, y los que viven en un
estadio cultural anterior, es decir, atrasado.
Más tarde, la Antropología y el
cine, que comenzaron a caminar en las mismas fechas, establecieron una relación
paralela en la representación de la diversidad cultural.
El campo de estudio de la
Antropología quedó circunscrito a las sociedades primitivas que, aunque se iban
reduciendo conforme se producía la expansión colonial, siempre aportaban
curiosidades que en unos casos servían para la añoranza ideológica y en otros
para justificar el rechazo ideológico.
Sin embargo, en un principio el
estudio de las sociedades primitivas por parte de la Antropología se hizo
considerando la diversidad como algo estático, sin tener en cuenta que se trataba
en realidad de un proceso dinámico.
El afán por recoger datos de los
pueblos primitivos antes de que éstos se extinguiesen con la llegada de la
civilización, produjo que se llevasen a cabo multitud de fotografías y
grabaciones, lo que ahora permite disponer de una gran fuente de datos, lo que
ahora conocemos como antropología visual.
Sin embargo, esta especialidad
partía de un error: considerar que las manifestaciones culturales se pueden
registrar objetivamente mediante tecnologías audiovisuales y, como nos podemos
imaginar, no es así. Por este motivo, la antropología visual y, especialmente,
las películas etnográficas, están impregnadas de ese tinte de subjetividad del
autor que hace difícil reconocer y distinguir la realidad de la ficción.
Esta obsesión por documentar la
pureza de los pueblos primitivos, llevaría a verlos desde una perspectiva
exótica, pero desde dos puntos de vista muy diferentes: por un lado, el noble
salvaje, y, por otro lado, el bárbaro salvaje. Sin embargo, estas dos facetas,
que nos pueden parecer antagónicas, no eran ni mucho menos incompatibles.
El noble salvaje practica la vida
sencilla, vive en un estado de naturaleza y conforme a ella, sin leyes, sin
religión, sin diferencias de clases; mientras tanto, el bárbaro salvaje vive en
la irracionalidad, en un estado de salvajismo y barbarie que ya ha sido
superado por la civilización. En estas circunstancias, a principios del siglo
XX, Hollywood retrataba a los indios en los western como verdaderos salvajes.
Sin embargo, esta visión cambió
radicalmente a partir de la segunda mitad siglo XX debido a las circunstancias
internas de los Estados Unidos, la guerra de Vietnam, etc., lo que produjo que la
ideología de la sociedad hacia el salvaje cambiase y a partir de este momento se
viese a los indios como buenos salvajes, hospitalarios, leales,…, frente a la
depravada e inmoral sociedad occidental.
Este cambio en la ideología hacia
el salvaje, antes bárbaro salvaje y ahora noble salvaje, no significa que
Hollywood estuviese transmitiendo una versión real del salvaje, ya que tanto la
una como la otra (la bárbara y la noble), eran dos versiones sesgadas de la
realidad, adaptadas a lo que la sociedad estadounidense necesitaba en cada
momento.
Por lo tanto, podemos concluir, sin lugar a dudas,
que el sistema social en el que se desarrollan estas películas influye de forma
determinante en el resultado, es decir, en la forma en que serán retratados los
salvajes, sea en su versión noble o sea en su versión bárbara.
LAS SOCIEDADES PRIMITIVAS Y LAS SOCIEDADES
POSTMODERNAS.
Como se ha visto, el concepto de
sociedades primitivas, llamadas “salvajes, ha estado desde la Antigüedad al
servicio de las sociedades contemporáneas correspondientes:
El salvaje
guarda celosamente un secreto, durante muchos siglos ha sido el guardián de arcanos
desconocidos: posee las claves de la tragedia, oculta los misterios del cosmos,
sabe escuchar el silencio y puede descifrar el fragor de la naturaleza. El
salvaje ha sido creado para responder a las preguntas del hombre civilizado;
para señalarle, en nombre de la unidad del cosmos y de la naturaleza, la
sinrazón de su vida; para hacerle sentir trágicamente el terrible peso de su
individualidad y soledad... El salvaje es una de las claves de la cultura
occidental. Roger Bartra (El salvaje en el
espejo, 1992).
Entonces, tal y como manifiesta
Bartra en el texto anterior, ¿el “salvaje” es una creación del hombre
civilizado?
Es evidente que el “salvaje” o,
más bien, las sociedades primitivas, como también las sociedades que se
encuentran en un estadio de civilización anterior, han existido siempre, sin
embargo, el término “salvaje” lleva consigo otras connotaciones que
posiblemente sirvieron al hombre más civilizado para mirarse en ese espejo,
tanto para añorar el estado de naturaleza, como para rechazarlo.
Las sociedades más civilizadas de
la modernidad, educadas en la cultura greco-latina y la religión católica,
vieron en un principio a estas sociedades primitivas como “salvajes”, sin
embargo, cuando se dieron cuenta de que esas sociedades podrían ser
evangelizadas, al igual que la suya, cambiaron de opinión y comenzaron a verlas
como una oportunidad de evangelización.
Por lo que parece, las
diferencias entre una y otra sociedad, la primitiva y la postmoderna, parece
que no eran tantas ni tan grandes.
Entonces, ¿no son tan diferentes
las sociedades primitivas de las sociedades postmodernas?
Desde luego, parece que no hay
tantas diferencias, aunque es cierto que las sociedades primitivas han servido
a las sociedades postmodernas para mirarse en ellas, como ya se ha dicho, desde
diferentes puntos de vista. Ya en el siglo XVI, recién descubierto el Nuevo
Mundo, Erasmo de Rotterdam, en “Elogio de la locura” y Tomás Moro, en “Utopía”,
y, posteriormente, en el siglo XVII, Baltasar Gracián, en “El criticón” y
Thomas Hobbes en “Leviatán”, trataron al “salvaje” como bárbaro. Sin embargo, a
partir de la Ilustración, autores como John Locke y, sobre todo, Jean Jacques
Rousseau, vieron al “salvaje” como nobles seres humanos:
El “buen
salvaje” vagaba por la naturaleza, carente de domicilio y en paz con sus
semejantes hasta que las terribles desigualdades que hubo de afrontar como
consecuencia de la vida en sociedad, “del dominio del hombre por el hombre”,
despertaron en él su notable perversidad. Jean Jacques
Rousseau (Discurso sobre el
origen y el fundamento de la desigualdad entre los hombres, 1755).
Como vemos, Rousseau utiliza al
“salvaje” para criticar la vida en sociedad que, en su opinión, había
despertado en el ser humano sentimientos perversos, que no existían en el
estado de naturaleza, en la vida antes de la sociedad, es decir, en la vida
“salvaje”.
Es evidente que existen
semejanzas entre la sociedad primitiva y la sociedad postmoderna ya que, al fin
y al cabo, se trata de sociedades en diferente estadio de civilización, sin
embargo, sería conveniente hacer varias consideraciones al respecto.
Es cierto que las sociedades
primitivas, llamadas “salvajes”, han sido a lo largo de la historia tomadas
como referente para, por una parte, elogiar la vida anterior a la sociedad, y,
por otra parte, rechazar la vida más puramente asocial y, en consecuencia, no
civilizada. Sin embargo, esto no quiere decir que la sociedad primitiva haya
sido considerada de diferente forma en diferentes épocas, sino que, tanto
cuando se la ha tratado como “salvaje bárbaro”, como cuando se la ha tratado
como “salvaje noble”, en ambos casos ha sido considerada desde un punto de
vista de superioridad, es decir, la mentalidad y los prejuicios han sido los
mismos en ambos casos.
CONCLUSIÓN.
Las sociedades postmodernas son semejantes a las
primitivas porque, aunque éstas últimas se encuentren en un estadio de
civilización anterior, los seres humanos continúan teniendo los mismos miedos,
los mismos anhelos, los mismos sentimientos y los mismos deseos que las
sociedades postmodernas. Las diferencias entre ambas sociedades radican,
principalmente, en la forma de relacionarse los seres humanos en cada una de
ellas.
Como ya se ha dicho, la perplejidad y asombro que
causaron las sociedades primitivas en los occidentales se refiere
principalmente a cuestiones de mentalidad: la forma de vestir, las creencias,
la forma de vida, el trabajo,…, pero en el fondo, estas sociedades primitivas
no eran tan diferentes a las postmodernas.
También se ha dicho que las sociedades postmodernas
siempre han tratado a las primitivas como inferiores, un prejuicio que
podríamos decir sigue vivo en la actualidad.
Por ello, es de vital importancia para la humanidad
adoctrinar a las nuevas generaciones en la igualdad con cualquier otra
sociedad, se encuentre en un estadio de civilización u otro, huyendo de
prejuicios primitivos que ya no deberían tener cabida en nuestra sociedad,
aunque, como vemos diariamente en los informativos, todavía queda mucho por
hacer.
Finalizaré este ensayo con una
frase muy apropiada de la filósofa Ayn Rand, con la que creo que podríamos
estar bastante de acuerdo:
La civilización es el progreso hacia una
sociedad de privacidad. Toda la existencia del salvaje es pública, regido
por las leyes de su tribu. La civilización es el proceso de liberar al hombre
de los hombres. Ayn
Rand.
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario