INTRODUCCIÓN.
Comenzaré por hacer una breve introducción sobre los procesos
migratorios mundiales que, de forma global, se están produciendo en la
actualidad y que tienen su origen en las desigualdades y carencias que existen
en amplias zonas de nuestro planeta.
Estas migraciones están teniendo una gran influencia en las sociedades
de los países de acogida, donde se están produciendo cambios para adaptarse a
la nueva situación.
En primer lugar, hay que decir que estos procesos migratorios
contemporáneos no se pueden estudiar ni comprender desde procesos migratorios
del pasado, ya que los condicionantes del actual mundo globalizado son nuevos,
por lo que no tenemos ejemplos anteriores de los que podamos echar mano.
Se trata, por lo tanto, de un proceso migratorio nuevo, diferente a los
anteriores, que está afectando en gran medida, tanto a las sociedades de los
países de acogida, como a las de los países de procedencia. La gravedad de las
situaciones que se pueden producir en un futuro hace necesario profundizar en
el análisis de estos procesos migratorios para poder tomar medidas y evitar
problemas que ya se están empezando a producir.
A partir de los datos de que disponemos y de las experiencias, pocas
pero ilustrativas, se han elaborado doce tesis que nos ayudarán a comprender
los procesos migratorios actuales y poder evitar así los problemas que se
avecinan.
LAS DOCE TESIS
SOBRE INMIGRACIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL.
1.- Estamos ante un proceso migratorio de grandes dimensiones, en el que
están involucradas multitud de personas, que se produce de forma muy rápida, es
decir, estamos ante un proceso extenso, por el número de personas implicadas, e
intenso, por la rapidez e intensidad con que se produce.
Además, en la mayoría de las ocasiones se produce de forma descontrolada
y tiene grandes efectos sobre las sociedades de acogida y de procedencia. Otra
característica de este proceso migratorio es su internacionalidad, aunque
también existen movimientos migratorios interiores, pero de menor impacto.
Es importante reseñar que si las tasas actuales de inmigración continúan
a este ritmo, producirán en pocos años la saturación de las sociedades de
acogida.
2.- Aunque las actuales migraciones tienen su origen en problemas
económicos y sociales, sin embargo, no responden a lógicas laborales
establecidas, sino a dos factores, uno de expulsión del país de
procedencia y otro de atracción del país
de acogida. Es decir, por una parte los inmigrantes se ven forzados a emigrar
de sus países de origen por la mala situación económica y social que están
sufriendo, y por otra parte ven los países de acogida con la esperanza de que
en ellos podrán empezar una nueva vida en un país en el que presumen que
tendrán mayores posibilidades de trabajo y de vida.
Por lo tanto, la dinámica de los procesos migratorios actuales va más
allá de las demandas laborales que existen en los países de acogida, no
pudiendo explicarse desde el mercado laboral, por lo que la adopción de medidas
de índole laboral en los países de acogida no mejoraría la situación.
3.- Tenemos que tener en cuenta que la mayor parte de las experiencias
migratorias actuales se están produciendo de forma muy rápida, por lo que en la
mayoría de los casos no existen contratos laborales previos, es decir, se están
produciendo sin respetar los cauces legales establecidos.
La consecuencia es que la inmigración ilegal está adquiriendo gran
importancia, y si no cambian las circunstancias económicas, estos procesos
migratorios continuarán produciéndose e intensificándose de forma
descontrolada.
Además, cuando estas situaciones se producen en las zonas fronterizas entre
los países de acogida y de procedencia, son un factor muy poderoso, que aumenta
a medida que aumentan las desigualdades entre ambas sociedades.
4.- El aumento de estos procesos migratorios, especialmente cuando se
trata de inmigración ilegal, está produciendo procesos de exclusión social de
los inmigrantes en los países de acogida, es decir, la saturación de la oferta
en los empleos que habitualmente realizan los inmigrantes está produciendo el
aumento del paro entre los inmigrantes, lo que inevitablemente provoca la
aparición y el aumento de la economía sumergida.
Además, la continua llegada de inmigrantes en condiciones de necesidad
está produciendo la saturación de los servicios sociales del país de acogida,
que debe ser cubierta ampliando los presupuestos en políticas sociales.
5.- El aumento de los trabajos que se realizan de forma irregular, en el
que los trabajadores inmigrantes están dispuestos a trabajar a cualquier
precio, está produciendo, por un lado una mayor precariedad laboral, y por
otro lado que determinadas actividades económicas se realicen con menores
costes laborales.
6.- Estos efectos están dando lugar a una sociedad más dividida, en la
que aparece un nuevo tipo de ciudadano, el inmigrante, situado en la parte baja
de la sociedad y expuesto a procesos de exclusión social por parte de los
ciudadanos de la sociedad de acogida.
Las sociedades de acogida están sufriendo un proceso de transformación
que está modificando los mercados, la estratificación de la sociedad y el
propio concepto de ciudadanía y, además, la precariedad y la irregularidad
laboral están dando lugar a procesos de exclusión social y marginación de los
inmigrantes.
7.- Todos estos factores de los procesos migratorios están produciendo
también efectos sobre la política del país de acogida, ya que en estas
sociedades se está reavivando el rechazo de los inmigrantes y están empezando a
producirse casos de xenofobia y racismo, lo que está siendo aprovechado por
ciertas ideologías políticas para ganarse adeptos entre los descontentos con la
política migratoria. Los partidos políticos racistas y xenófobos están
encontrando, y en algunos casos aprovechando muy bien, esta situación de
descontento.
8.- Otra característica de los procesos migratorios actuales con
relación a los pasados es que los inmigrantes no están interesados, ni quieren,
integrarse plenamente en la sociedad de acogida. Esto se debe por una parte a
que los países de origen de los inmigrantes son diferentes, y por otra parte a
que los que llegan no tienen voluntad de integrarse en la sociedad occidental
de acogida. La inmigración trasatlántica del siglo XIX y principios del XX
tenía como uno de sus objetivos conseguir una nueva ciudadanía, pero en la
actualidad ya no es así.
9.- Los actuales problemas de integración de los inmigrantes deben
considerarse, por un lado como un proceso incompleto y por otro lado como algo
que tiene problemas añadidos como los conflictos étnico-culturales, que van en
aumento.
Además, los atentados terroristas islamistas, lugar de origen de muchos
inmigrantes, están produciendo la desconfianza en la sociedad de acogida.
10.- Otro factor a tener en cuenta es el aumento de los delitos y
encarcelamientos de inmigrantes en los
países de acogida, lo que, independientemente de la honradez de muchos de
ellos, está creando en la sociedad de acogida una imagen muy crítica del
inmigrante, que no ayuda en nada a la convivencia.
Estamos por lo tanto ante una situación muy compleja y que ha llegado a
ser un gran problema para las sociedades de acogida.
11.- En esta situación, las previsiones dicen que tendrá lugar un
aumento de los flujos migratorios de los países pobres a los ricos y que si no
se ajustan los procesos migratorios a las demandas laborales de los países de
acogida tendremos mayores problemas en forma de xenofobia y racismo, saturación
en los sistemas de asistencia social, aumento de la economía sumergida,...
12.- Por lo tanto, es muy importante comprender los actuales procesos
migratorios como una cuestión global que nos concierne a todos.
Se hace necesario llevar a cabo políticas globales encaminadas a lograr
un crecimiento económico globalizado que nos permita a todos compartir y
convivir mejor en nuestro planeta.
CONCLUSIÓN.
Como conclusión, podríamos decir que las complejas características de
los procesos migratorios que estamos viviendo en la actualidad (gran extensión
e intensidad, factores de expulsión y atracción, aumento de la inmigración
ilegal y de la exclusión social, mayor precariedad laboral, aumento del rechazo
y de los movimientos xenófobos y racistas, la nula voluntad de integración, aumento
de la delincuencia,…) provocarán en poco tiempo grandes problemas a las
sociedades de acogida y estos problemas no se pueden combatir con políticas parciales,
sino que, por tratarse de problemas globales, tienen que combatirse con
políticas y actuaciones globales.
La cuestión es muy compleja, pero lo que es seguro es que no se
soluciona levantando un muro o una valla, sino que es necesario llevar a cabo
medidas, tanto en los países de procedencia como en los de acogida.
Por un lado, en los países de procedencia hay mucho por hacer, hay que
levantar esos países para que sus ciudadanos no tengan que salir de ellos por
obligación, para buscar trabajo o para buscar una vida mejor. Para ello, los
gobiernos occidentales deberían ponerse de acuerdo para fomentar y facilitar la
creación de empresas y, por lo tanto, de trabajo en los países de procedencia.
Por otro lado, sería conveniente ajustar las demandas de empleo de los países
de acogida a los inmigrantes que llegan, con la intención de que todos tuvieran
trabajo, lo que evitaría que se fomentasen las situaciones de exclusión social.
Por último, hay un gran trabajo por hacer a nivel educativo en ambas
sociedades, para enseñarles a querer y a respetar las diferencias entre
culturas.
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