George
Braque (1882-1963) conoció a Pablo Picasso (1881-1973) en Paris a finales de
1907, poco tiempo después de que el pintor malagueño terminase de pintar Las señoritas de Aviñón, una obra que es
considerada protocubista. El encuentro entre ambos, que se produjo gracias a
Apollinaire, fue el principio de una gran amistad.
En los
primeros años, entre 1905 y 1907, las pinturas de Braque habían estado influenciadas
por el fauvismo, un estilo audaz que utilizaba colores muy vivos. A partir de
1907 ya se nota en las pinturas de Braque la influencia de Cezanne, con su
pincelada geométrica y su alejamiento de la perspectiva renacentista.
Braque,
que hasta ese momento casi sólo había pintado paisajes, prueba con el desnudo
femenino, siguiendo el estilo de Picasso, estudiando las relaciones espaciales
desde un punto de vista estructural y formalista, y logrando que las líneas de
las figuras femeninas se deformen y se relacionen de forma ficticia. No
obstante, en esta primera etapa las líneas todavía resultan sensuales y
curvilíneas. Aunque logra resaltar la musculatura y la masa corporal con muy
pocas líneas, en la representación de los claroscuros todavía hay sensación de
volumen.
En esta
época la relación entre ambos pintores era excelente, se veían casi todos los
días en sus estudios de pintura para intercambiar opiniones artísticas y ver
cada uno el trabajo del otro. Picasso llegaría a decir: "casi
todas las tardes o bien iba yo al estudio de Braque o bien él venía
al mío. Sencillamente, cada uno de nosotros tenía que ver lo que el otro había
hecho durante el día". Esta complicidad produjo que algunos de sus cuadros
tuvieran un gran parecido, como es el caso, por ejemplo, de La danza de los velos de Picasso y el Gran bañista de Braque.
Entre
1908 y 1909 la pintura de Braque evoluciona claramente hacia el cubismo,
pintando sus obras a partir de planos geométricos.
En 1908
Braque expuso varios de los cuadros pintados durante su temporada en L’Estaque.
Se trataba de paisajes geometrizados que fueron descritos por Matisse como “cuadros
hechos a base de pequeños cubos”, lo que dio lugar a que el crítico Louis
Vauxcelles lo bautizase como cubismo.
Braque
y Picasso, más pendientes del rigor geométrico en el análisis de la naturaleza,
evitan cualquier elemento subjetivo y deciden no firmar sus obras, lo que hace
que en ocasiones resulte muy difícil distinguir la autoría de sus cuadros. Sin
embargo, el estilo de sus obras es diferente. La pintura de Picasso es más
lineal, con dibujos angulares, mientras que la pintura de Braque es más amable,
con líneas más suaves.
Siguiendo
el estilo de Cezanne, los dos pintores dirigieron sus trabajos a analizar la
naturaleza muerta, donde el cubismo encuentra su mejor expresión. En palabras
del propio Braque: "En la naturaleza
muerta, el espacio es táctil, incluso manual, mientras que el espacio del
paisaje es un espacio visual".
Los
objetos pasan al primer plano de la imagen, perdiendo toda noción de
profundidad y convirtiéndose en el cuadro en manchas abstractas. Se utilizan
colores fríos (pardos, grises y marrones), que son característicos del cubismo.
A
partir de 1909 los dos pintores empiezan a descomponer los planos geométricos
en pequeños planos cortados que se ven desde distintos puntos de vista o
perspectivas. Es la etapa del cubismo analítico, en la que los planos se
descomponen en múltiples perspectivas, y la multiplicación de planos y
perspectivas produce la incomprensión de tanta abstracción, caracterizándose
esta etapa también por la ausencia de colores vivos.
A
partir de 1912, Braque crea el primer papier collé o papel pegado, que
consistía en incorporar a los cuadros trozos de papeles que imitaban la madera.
Por su
parte, Picasso ensaya con otros materiales, entre otros, papel, arena y hule,
creando una nueva realidad, el collage.
A
continuación, Braque evoluciona a un cubismo más sencillo, más legible y más
fácil de interpretar. La cuadrícula de planos ahora tiene los colores más
uniformes, más densos. Tanto Braque como Picasso empiezan a introducir otro
tipo de materiales, como periódicos, puntos, curvas y otros detalles. Es la
etapa del cubismo sintético, en la que las representaciones parciales de los
objetos se realizan de forma libre por parte del pintor, caracterizándose
también esta etapa por la utilización del collage, introduciendo elementos de
la vida cotidiana, como el papel y las telas.
En 1914
comienza la Primera Guerra Mundial y Braque es enviado al frente. Aunque vuelve
a pintar y a coincidir con Picasso, su relación y su complicidad han terminado.
Braque y
Picasso, influidos por Cezanne, inician el cubismo, que se caracteriza por las
pinceladas geométricas y el alejamiento de la perspectiva renacentista.
Durante
unos años, entre 1907 y 1914, Braque y Picasso evolucionarán desde el cubismo
analítico al sintético, desde los paisajes a la figura humana y de ahí a la
naturaleza muerta, estudiando, experimentando, compartiendo y aprendiendo cada
día el uno del otro, en una de las simbiosis más fértil y productiva de la
historia del arte.
Bibliografía
García, Alfredo. «GEORGES BRAQUE. PINTOR CLAVE PARA
ENTENDER EL ARTE DEL COMIENZO DEL SIGLO XX.» ALGARGOS, 2015.
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