miércoles, 1 de noviembre de 2017

EL CONTRATO SOCIAL DE ROUSSEAU



INTRODUCCION: RESUMEN DEL TEXTO E IDEAS FUNDAMENTALES.



Del libro primero: Rousseau comienza este primer libro afirmando que “el hombre ha nacido libre”, pero este derecho no viene de la naturaleza, sino que se funda en convenciones. Continúa diciendo que “la sociedad más antigua de todas, y la única natural, es la familia”, y cuando los hijos son libres para dejarla y no la dejan, esta unión se mantiene por convención; se trata del primer modelo de sociedad política. Dice Rousseau que “el más fuerte nunca lo es bastante para dominar siempre, si no transforma su fuerza en derecho y la obediencia en deber”; la fuerza no constituye derecho, por lo que la obediencia a los poderes públicos también se debe a una convención. Y si todos nacemos libres y la fuerza no constituye derecho, esto significa que la autoridad de unos hombres sobre otros también se debe a una convención. Para Rousseau, no cabe la esclavitud, ya que nadie puede renunciar a su libertad: “despojarse de la libertad equivale a despojarse del ser moral”. La esclavitud, además, no puede fundarse en unos pretendidos derechos de guerra o de conquista, que no tienen su fundamento en una convención, sino en el derecho del más fuerte. Para Rousseau siempre debe existir una convención primera, adoptada por unanimidad, que establezca a la minoría la obligación de obedecer a la mayoría. Rousseau afirma que es necesario “encontrar una forma de asociación capaz de defender y proteger con toda la fuerza común la persona y los bienes de cada uno de los asociados, pero de modo que cada uno de éstos, uniéndose a todos, sólo obedezca a sí mismo, y quede tan libre como antes”, es decir, un sistema en el que todos defiendan el interés general, sin que la persona pierda su libertad individual. La solución se encuentra en el contrato social: “Cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general”. Este cuerpo político o soberano, formado por los particulares, no puede tener ningún interés contrario a éstos, pero sí al contrario, ya que los particulares pueden tener intereses contrarios a la voluntad general. En este caso, el pacto social incluye el compromiso de que “al que rehúse obedecer a la voluntad general, se le obligará a ello por todo el cuerpo”.  En este paso  del estado de naturaleza al estado civil, el hombre sustituye la justicia por el instinto, el deber por el impulso físico y el derecho por el apetito. Rousseau distingue entre libertad natural, cuyo límite es la voluntad del individuo; libertad civil, cuyo límite es la voluntad general; y libertad moral, que es la que hace al hombre verdaderamente libre.

Del libro segundo: Rousseau comienza este segundo libro afirmando que “sólo la voluntad general puede dirigir las fuerzas del Estado según el fin de su institución, que es el bien común”. La sociedad debe gobernarse conforme a este interés común. La voluntad particular se inclina por su naturaleza a los privilegios, y la voluntad general a la igualdad. La voluntad general o soberanía, al contrario que el poder, no puede enajenarse, ni transmitirse, ni dividirse. Para Rousseau, “la voluntad general siempre es recta y siempre se dirige a la utilidad pública”, sin embargo, la voluntad de todos, que es la suma de las voluntades particulares, mira al interés privado; en este aspecto, Rousseau alerta de la formación de asociaciones parciales a expensas de la grande, con el peligro de que la voluntad de cada asociación se haga general con respecto a sus miembros, y particular con respecto al Estado, ya que cuando una de estas asociaciones es demasiado grande, desaparece la voluntad general y aparece la voluntad particular. Por ello, es conveniente  que no haya ninguna sociedad parcial en el Estado. Rousseau dirá que “el pacto social establece entre los ciudadanos tal igualdad, que todos se obligan bajo unas mismas condiciones y deben disfrutar de unos mismos derechos”. El poder soberano no traspasa los límites de las convenciones generales, y todo hombre puede disponer libremente de los bienes y la libertad que las convenciones le dejan. Las leyes son actos de voluntad general y las condiciones de la asociación civil y es el pueblo, que está sometido a las leyes, quien debe ser su autor. Rousseau advierte que “la voluntad general siempre es recta, pero el juicio que la guía no siempre es ilustrado”, por ello es necesario que los particulares sean educados para que aprendan a conformar su voluntad con la razón y para que aprendan a conocer lo que quieren. Rousseau da una gran importancia al legislador: “el legislador es, bajo cualquier concepto, un hombre extraordinario en el Estado”; en este punto, argumenta que las leyes no pueden ser elaboradas por el que manda, sino por el legislador, para evitar que las leyes sirvan para perpetuar sus injusticias. El que redacta las leyes no debe tener ningún poder legislativo, ya que este derecho corresponde únicamente a la voluntad general. Estas leyes deben redactarse examinando previamente al pueblo para el que se destinan, con el fin de asegurarse de que el pueblo está preparado para soportarlas. El objetivo de todo sistema de legislación debe ser la consecución de la libertad y la igualdad, la primera porque es inherente al ser humano, la segunda porque sin ella no puede existir la libertad. En relación con la igualdad, no se trata de que los grados de poder y de riqueza sean los mismos, sino que el poder se ejerza en virtud de las leyes y que ningún ciudadano pueda comprar a otro, ni que otro se vea obligado a venderse.

DESARROLLO: CUESTIONES PLANTEADAS.

o  ¿En qué consiste para Rousseau el Contrato Social? ¿Cómo lo justifica?
Para Rousseau el contrato social es un pacto o convención, actualmente constitución, por el que los ciudadanos se obligan a respetar los acuerdos de la mayoría en beneficio del interés general, sin perder éstos su libertad individual, e independientemente de que sus intereses particulares coincidan o no con los generales. Para llegar a este modelo de sociedad, Rousseau hallará la solución en el contrato social y, por eso, dirá: “Cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general”.

o  ¿Qué concepto posee Rousseau de la libertad? ¿Cómo se relaciona con la Voluntad general?
Para Rousseau en el estado de naturaleza las personas nacen libres, pero la sociedad actual, la que él conoce, las ha corrompido y las ha hecho esclavas. Además, los hombres se ven forzados a obedecer normas que ellos no han autorizado en ningún momento, sino que provienen de un poder antinatural y son impuestas por la fuerza del soberano. Para Rousseau, la libertad es una característica propiamente  humana y ninguna persona puede renunciar a ella y, por eso, dirá: “despojarse de la libertad equivale a despojarse del ser moral”. Rousseau identifica la voluntad general con el cuerpo y a los ciudadanos con sus partes y, aunque en ocasiones las partes pueden tener intereses contrarios al cuerpo, éste nunca tiene intereses contrarios a los de las partes que lo forman. La voluntad general, representada en el contrato social, es la suma de las voluntades o intereses de todos los ciudadanos y sólo ella puede dirigir al Estado a un buen fin: “sólo la voluntad general puede dirigir las fuerzas del Estado según el fin de su institución, que es el bien común”.

o  ¿En qué se diferencia la concepción rousseauniana de la sociedad de la vigente en el Antiguo Régimen? ¿Por qué puede decirse que la de Rousseau es una concepción burguesa de la sociedad?
La sociedad en el Antiguo Régimen es una sociedad muy desigual, en la que existen grandes diferencias entre los estamentos. Por el contrario, Rousseau propugna una sociedad de iguales en derechos de participación, aunque realmente las diferencias por razones económicas y sociales sigan existiendo como en el Antiguo Régimen. Por otra parte, la burguesía le sirve a Rousseau de referente para su crítica sobre sus defectos, su superficialidad y su falta de búsqueda de la virtud. Sin embargo, a pesar de sus críticas, es la burguesía la que debe poner en marcha esa sociedad virtuosa y libre que imagina, posiblemente tras un proceso educativo por el que aprenda a conformar su voluntad y a conocer lo que quiere, con el fin de que el juicio que la guíe sea ilustrado: “la voluntad general siempre es recta, pero el juicio que la guía no siempre es ilustrado”.

o  ¿En qué se diferencia de la de otros autores burgueses e ilustrados? ¿Por qué Rousseau es considerado un pensador sui generis o singular dentro de ese conjunto?
Aunque Rousseau fue uno de los grandes representantes de la Ilustración, al contrario que el resto de los ilustrados, rechaza la idea de progreso que conduce a la propiedad privada y, de esta forma, a la corrupción y a la desigualdad de la sociedad, y, además, reivindica el sentimiento del ser humano por encima de la razón, anticipándose así al romanticismo. De esta forma, se aleja de sus contemporáneos ilustrados, como Montesquieu o Voltaire, que eran fieles seguidores del progreso de las sociedades.

o  ¿Por qué y en quiénes fundamentalmente tiene una influencia posterior decisiva?
La influencia de las ideas políticas de Rousseau en el pensamiento posterior es indudable, pero principalmente su influencia se refleja en dos grandes revoluciones y constituciones de finales del siglo XVIII, como son la americana y la francesa, que tendrán una influencia decisiva en las constituciones de la mayoría de las democracias y constituciones contemporáneas, como es el caso de la Constitución de Cádiz de 1812. Sus ideas políticas y sociales influyeron en filósofos como Kant, Schiller o Hegel. Los motivos de la influencia de las ideas de Rousseau hay que buscarlos, posiblemente, en que es capaz de expresar de forma clara un pensamiento que sería revolucionario y cuya influencia llega hasta nuestros días. Cuestiones como la idea de contrato social, convención o constitución, que representa los ideales y la voluntad general de todo un Estado eran impensables antes de Rousseau. Pero las ideas de Rousseau, además de revolucionarias, eran necesarias, porque la nueva sociedad, que salía de un Antiguo Régimen, ya en decadencia, necesitaba de estos ideales para avanzar en una nueva forma de relacionarse con sus semejantes y gobernantes, cuyas premisas serían la libertad y la igualdad de todos los ciudadanos, desde la consideración de que “la voluntad general siempre es recta y siempre se dirige a la utilidad pública”.

Bibliografía

Rousseau, J.J. Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres. Madrid: Alianza Editorial, 2012.

Rousseau, J.J. Discurso sobre las ciencias y las artes. Madrid: Alianza Editorial, 2012.

Rousseau, J.J. El contrato social o los principios del derecho político. Madrid: Aldevara Editorial, 2010.


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